martes

La mujer justa

Sándor Márai
Salamandra - 2005





La mujer justa es una novela de desplazamientos; cosa que parece estar subrayada en su equívoco título en castellano (¿justa de quien ejerce justicia ó justa de adecuada?). A lo largo de sus páginas y atravesando el discurso de los tres monólogos que lo componen, el malentendido, lo oculto, lo confinado al silencio, tiene el efecto de un error. Los tres personajes viven en un eterno error de percepción. Y en base a esa perspectiva (siempre subjetiva) construyen sus acciones en busca de la resolución de un conflicto que nunca es bien evaluado. De allí que, en cierta forma, esta novela desplace el sentido de lo esperado al fracaso de cada uno de los protagonistas en relación a los demás.

En la contratapa se nos advierte algo: las dos primeras partes (los monólogos de Marika y su esposo Péter) fueron escritos en el año 1941, en plena guerra, en pleno sometimiento de Hungría, país natal de Márai, en mano de los nazis; la tercera (el monólogo de Judit, la empleada doméstica que se constituye en respetada señora cuando contrae matrimonio con Péter luego del divorcio de éste), escrito en 1949 cuando Hungría ya estaba en poder de los soviéticos, régimen comunista implantado. Y es esa intervención del propio autor en su propia obra la que hace que tome una otra dimensión que, a priori, parece ser resultado de una exageración estructural y coral, como muchos gustan en llamar a estas narraciones en las que cada personaje hace su aproximación a los hechos, como cualquier hijo de vecino; con coincidencias, desencuentros, nuevos hilos con los que se urden tramas (aparentemente) secundarias. Si las dos primeras partes articulan el conflicto matrimonial de una pareja de la aristocracia húngara y sus conflictos con La Sociedad y ponen su énfasis en el terreno de la prohibición, el deseo y el destino; la tercera introduce el concepto de la pobreza extrema, la visión particular de una proletaria de la aristocracia a la cual sucumbirá al punto de ser parte de esa clase enemiga por definición y da forma a la insatisfacción tanto con la política fascista como con el comunismo del propio Márai quien ubica esta tercera voz en Roma, la ciudad en la cual ella-personaje/él-escritor se exilió luego del ascenso del comunismo en su país natal.

La mujer justa es una novela potente, con un planteo de una inteligencia refinada y una estructura que permite deslizamientos naturales entre presente, pasado y -en menor medida- futuro de cada uno de los personajes; con momentos de una tensión que atrapa y subyuga y unas trazas poéticas que tientan al subrayado y posterior utilización de esas perlas que, enhebradas a lo largo de más de 400 páginas, arman un collar único.

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