lunes

Seda

Alessandro Baricco
Anagrama - 1997


Seda se escapa de las generalidades a partir de torcer algunas cuestiones clásicas de la literatura romántica: un viaje a tierras exóticas, un erotismo contenido, amor/pasión a primera vista, silencio. Es precisamente en lo que representa esta última palabra donde reside la mayor potencia de esta historia que se sostiene en el estilo conciso, con precisos y preciosos trazos poéticos de la pluma de Baricco, en la solvencia de la trama, en la construcción del relato. Es más la tensión que subyace a las palabras, como ríos subterráneos del texto, que lo que éstas expresan y exponen en la escritura. La elección del siglo XIX como momento histórico; la compra de gusanos de seda en Japón como hilo narrativo; el encuentro que despierta en su protagonista, Hervé Joncour, una pasión abrasadora por una mujer enigmática, fuera de lo esperable en un contexto tan poco apto para el amor y el erotismo, inaccesible y prohibida; una esposa que lo sorprende, aún después de muerta, trocando su aparente sometimiento en una dimensión real de lo erótico; son los elementos con los que Baricco construye un tejido cargado de silencios densos y reveladores. Es en esos instersticios de la historia, en esas grietas que se llenan de los misterios de la pasión, donde el lector se pregunta, supone, descubre y devela sus propias inquietudes sobre la esencia de lo que lee. Coincidiendo con las palabras del autor: "todas las historias tienen su música" y "...cuando la tocan bien, es como oír tocar el silencio". De eso se trata Seda, una historia, ni novela, ni cuento. Mucho más que eso. Algo más que una historia de amor.